Jimin se había levantado temprano, eran las ocho de la mañana, para Jungkook temprano eran a las once de la mañana.

No podían culparlo, ya quería conocer su hogar.

Jimin en cuanto se levantó, lo primero que hizo fue tratar de despertar a su alfa, claro que eso no salió tan bien pues el pelinegro ni se inmutó, así que mejor primero decidió ir a asearse y cambiarse y después fue a despertar al alfa.

Comenzó primero a besarle su cara y a susurrarle a su alfa que se despertara, pero... ¿Qué recibió? Solo ronquidos, así que simplemente se hartó y empezó a saltar en la cama haciendo que el pelinegro se cayera y soltara un gruñido de dolor.

—Alfa... —lo miró preocupado pues sabía que no podía parase, pero vaya sorpresa se llevó después.

—Jimin esa no es una buena manera de levantarme —reprochó levantándose todavía somnoliento, caminó al reloj que estaba al frente de la cama—. Sé que quieres ir a ver la casa, pero es temprano todavía —le avisó mientras caminaba otra vez a la cama y se arropaba como si nada y cerraba los ojos—. Vuelve a dormir —le dijo, pero no hubo respuesta.

El alfa confundido empezó abrir los ojos, vio la cara roja de su omega y frunció el ceño.

—¿Omega estás bien? —preguntó.

—No sé, pregúntale a mi columna —lo miró con una mirada fría.

—¿Por qué... —no continuó porque empezó a oler el aire, su omega estaba molesto.

Intentó entender el porqué, además el que debería estar molesto sería él pues lo tiró, pero después algo hizo click en su mente. Mierda.

—Y-Yo... —la cara del alfa había cambiado a miedo, no por su omega, porque tal vez no salga vivo de esto.

Pero tenía un plan al cual recurrir.

—Desde cuando Jungkook —suspiró tratando de calmarse—. A uno que le duele cuando te ayuda a caminar y el otro burlándose de él —lo miró al pelinegro.

Hace unas semanas el alfa había estado recuperando su peso habitual, eso alegró a toda la familia, lo malo, es que los pies del alfa todavía estaban débiles para pararse solo o eso creía el omega, hasta ahora.

O claro que el alfa sabía esa mirada, era tiempo de utilizar su plan.

En un movimiento rápido salió de las mantas e intentó correr al nido, sabía que Jimin no podía entrar ahí sino era con su permiso, claro que no duró mucho pues su cuerpo cayó al suelo, por un peso que se había abalanzado contra él.

Jimin cuando vio lo que su alfa iba hacer, se tiró encima de él para evitar que llegara a su destino, el pelinegro estaba debajo de él, boca abajo, Jimin lo volteó con agilidad rápida y se posicionó mejor sobre él dejando su rodilla en su entrepiernas vio como Jungkook se quedó quieto sin respirar cuando pasó eso y sonrió en grande.

Lo tiene.

—Así que dime alfa. ¿En qué momento me ibas a decir que ya podías caminar perfectamente tú solo? —preguntó irónico.

—Yo hmm... ¿Hoy? —respondió con una sonrisa nerviosa.

—Oh curiosamente iba a ser hoy —se hizo el sorprendido.

—¿Si?

—¿Por qué Jungkook? —cuestionó bajándose de él.

—Me gusta recibir tu atención y pensé que si te decía que ya me encontraba mejor, te ibas a, ya sabes alejar —respondió dudoso.

—Kook ya hemos hablado de esto muchas veces sabes que nada me va hacer alejarme de ti, y no puedes pensar así si vamos a empezar a tener un hogar juntos.

—Lo sé —respondió resignado pasando sus manos por su cabello.

—¿Has pensado en ir a un psicólogo? —le preguntó a la vez que lo ayudaba a pararse.

—De hecho no —negó Jungkook.

—Creo que es momento de ir a uno alfa, nos será de gran ayuda.

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Estaban a nada de llegar a su destino, el alfa estaba tranquilo pues ya había visto la casa, pero el omega estaba realmente emocionado, feliz, entusiasmado, entre otras muchas cosas, por fin iba a conocer su casa.

Antes de llegar a la casa el alfa paró el auto y volteo a ver le omega que tenia el ceño fruncido mirándolo confundido.

—¿Por qué nos detenemos? —preguntó—. ¿Tus piernas se cansaron? —le preguntó un poco preocupado.

Pues antes de salir, Jungkook había dicho que él conduciría pero Gongyoo había insistido de que un chofer los llevara porque aunque Jungkook ya pueda caminar sus piernas podían debilitarse y ocasionar un accidente, pero al final ganó el alfa menor.

—Antes de llegar, tengo que taparte los ojos, esto es una sorpresa —le avisó, mientras que de su bolsillo sacaba un pañuelo.

—Pero... —quería seguir protestando pero el pelinegro lo interrumpió.

—Te tengo dos regalos, así que por favor déjame vendarte omega o si no, nos regresamos —lo amenazó, mientras que Jimin lo veía indignado, cómo podía amenazarlo con eso.

—Caíste tan bajo Jeon —lo dijo, haciendo que el pelinegro riera.

Se volteó para que Jungkook lo vendara y así lo hizo, se volvió a acomodar y siguieron con el trayecto.

Jungkook estaba un poco nervioso, su otra sorpresa era seguir con el cortejo, solo le faltaban tres días para terminar y estaba dispuesto a cumplirlo.

Ya habían llegado, aparcó el auto al frente de la casa y le avisó al omega que se quedara quieto que él lo iba a ayudar a bajar.

—Vamos omega, yo soy tu ojos —le habló tranquilo, mientras salía del auto y el alfa lo guiaba a la puerta de su nueva casa.

—Te juro que si haces golpearme o caerme, no te preparé torta de chocolate por todo un maldito mes —lo amenazó e hizo que el alfa pasara saliva nervioso, asintió aunque el castaño no pudiera verlo.

Sacó las llaves de su casa y la abrió, con su omega agarrado a su brazo empezó a entrar, después cerró la puerta y también le dio una mirada a su casa, si todo salía bien esta casa estará llena de cachorros correteando por todo el lugar.

—¿Estás listo omega? —le preguntó a lo que el castaño asintió rápidamente—. Te presento nuestra casa —y le destapó los ojos.